Centros Especiales de Empleo son por definición: empresas cuyo objetivo principal es el de proporcionar a los trabajadores minusválidos la realización de un trabajo productivo y remunerado, adecuado a sus características personales y que facilite la integración laboral de éstos en el mercado ordinario de trabajo.
Pueden ser creados por las Administraciones Públicas, directamente o en colaboración con otros organismos, por Entidades, por personas físicas, jurídicas o comunidades de bienes, que tengan capacidad jurídica y de obrar para ser empresarios.
Pueden tener carácter público o privado, con o sin ánimo de lucro
De esto último me referiré a esos centros que son privados y con ánimo de lucro, porque es el lucro lo único que persiguen, ¿cómo no? a tenor de todas las ayudas y subvenciones a las que se hacen acreedores, después de cumplir, -sino no podrían existir como tales Centros Especiales-, los requisitos administrativos a los que están obligados.
Entre las ayudas y subvenciones, destacar:
Una única ayuda, por cada nuevo puesto de trabajo con contrato indefinido, para asistencia técnica de 12.020,24 euros cuando la plantilla de trabajadores con discapacidad supere el 90% y de 9.015,18 euros cuando supere el 70% y sea inferior al 90%.
Bonificación del 100% de la cuota empresarial a la Seguridad Social de los trabajadores con discapacidad.
Subvención del coste salarial en un 50% del salario mínimo interprofesional (SMI) de cada trabajador con discapacidad contratado.
No cabe duda que tales ayudas son un bocado exquisito para empresarios sin muchos o ningún escrúpulo, dado que, el colectivo de personas discapacitadas es, por desgracia, bastante grande y si bien, a este colectivo pertenecen los discapacitados psíquicos, físicos y sensoriales, los primeros ya están descartados de entrada, en cuanto a los segundos y terceros, solo serán seleccionados aquellos cuya minusvalía sea pequeña y puedan realizar el trabajo "sin problemas", o sea, "minusválidos muy válidos". Y puestos ya a seleccionar "discapacitados interesantes" dentro de este colectivo, otro asunto que tienen en cuenta estos empresarios son los problemas sociales de estas personas, si estos problemas son acuciantes, mejor para ellos, con ello se aseguran que podrán actuar impunemente, la mayoría de las veces, sin resistencia por parte de estos trabajadores, temerosos de perder un puesto de trabajo que es su único medio de vida.
Dentro de estas actuaciones impunes, señalar: amenazas verbales de posible pérdida de empleo si no cumples todas las exigencias del empresario, amenazar también con hacer pagar del pequeño sueldo que perciben, los desperfectos que se puedan ocasionar en cumplimiento de su tarea, y ya en el colmo de todos los colmos, amenazar con el despido a un trabajador por el hecho de llevar una baja por accidente laboral al jefe, ya que la empresa cuenta solo con el personal justo y ¡claro! esa baja era causa de una extorsión no prevista. Podemos decir: estos hechos son denunciables, ¡claro que lo son!, pero? ¿quién con una jornada de trabajo completa y partida y un sueldo exiguo puede iniciar acciones jurídicas contra estos atropellos?
Todos sabemos en pleno siglo XXI siguen existiendo "los negreros", pero, por favor, no nos presenten a algunos Centros Especiales de Empleo como centros de trabajo para integración del minusválido en el mercado laboral cuando sólo son una fórmula mágica para que empresarios avispados vean sus bolsillos más repletos a costa del esfuerzo y dignidad de estos productores.
Páginas para poder contrastar lo aquí mencionado:
http://www.mtas.es/guia2004/texto/19/19-2.html
http://www.feaps.org/familias/servicios/empleo-familias.htm
Luzmy
